Instituto Ecuatoriano de Economía Política

Del dicho al hecho…

02/06/2017
Gabriela Calderón de Burgos

El discurso de Lenín Moreno fue bien recibido por amplios sectores. Moreno ganó puntos diciendo que defendería la dolarización, que no habría más sabatinas, que combatiría la corrupción y que su gobierno sería más austero. Luego fortaleció esa idea de “cambio”, eliminando a los seis ministerios coordinadores y a la Secretaría del Buen Vivir.

Pero ese discurso contradice varias acciones del Gobierno y declaraciones de sus nuevos funcionarios. Por ejemplo, es cierto que dichos organismos estatales fueron eliminados, pero luego nos enteramos de que sus trabajadores serían reubicados en otras posiciones del sector público. Además, el Gobierno creó un nuevo ministerio, el de Acuacultura. Se borra con una mano lo que se hace con otra.

Acerca de la dolarización, si bien Moreno dijo que no habría una moneda paralela, según el Código Orgánico Monetario y Financiero el dinero electrónico es una “moneda electrónica” que “será puesta en circulación privativamente por el Banco Central del Ecuador, respaldada por activos líquidos” (Artículo 101). Esto es, nos dicen que no será una moneda paralela pero una ley vigente dice que sí lo es. Igual, el dinero electrónico no constituye una amenaza a la dolarización siempre y cuando continúe siendo de uso voluntario.

El gobierno de Correa había venido financiándose con recursos de la Reserva Internacional (RI) que mantiene el Banco Central del Ecuador (BCE). A fines de abril estos préstamos otorgados por el BCE al Gobierno ya superaban los $ 5.800 millones. Al 25 de mayo, de los $ 10.104 millones que le habían depositado al BCE bancos privados, gobiernos seccionales, empresas públicas, entre otros, este solo tenía cubiertos $ 2.976 millones. Esto es una cobertura de tan solo 29%. La RI en una economía dolarizada no debería importar, pero sí importa en el caso de Ecuador, donde el Gobierno obliga a los bancos privados a depositar porciones considerables de sus reservas bancarias en el BCE y luego este se las presta al Gobierno.

En estas travesuras del BCE y en la crisis fiscal que sufrimos fueron protagonistas el exministro de Finanzas Patricio Rivera y el exgerente del BCE Diego Martínez. Moreno, en lugar de inyectar confianza removiéndolos, los ha designado como sus delegados ante el Comité de Deuda y Financiamiento y ante la Junta de Política y Regulación Monetaria, respectivamente.

Sobre la corrupción, la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional acaba de bloquear que se debata allí un pedido a las justicias brasileña y norteamericana de la notoria lista de Odebrecht. Además, el presidente Moreno invitó a conformar una Comisión Anticorrupción con 13 miembros, de los cuales 8 provienen del seno del gobierno de Correa y solo 5 podrían ser percibidos como independientes.

En cuanto a la austeridad, parece que esta quedó olvidada el momento en que el Gobierno decidió continuar la práctica del gobierno anterior de endeudarse antes de ajustar el gasto público. Esta semana se emitió deuda por $ 2.000 millones y todavía estamos a la espera de algún anuncio de ajuste en el gasto corriente.

Finalmente, no se puede esperar muchos cambios si el gabinete de Moreno hereda 15 (de 23) funcionarios del gabinete de Correa. Todo esto apunta a que lo más cierto que dijo el presidente en su discurso de inauguración es que la Revolución Ciudadana tiene un solo líder, y no es él.

*Este artículo fue originalmente publicado en El Universo

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